Los vecinos del barrio Santa Ana, en el norte de Barranquilla, exigieron acciones inmediatas contra una obra localizada en la carrera 65 con calle 64 que, según ellos, no solo no reúne los requisitos para su ejecución sino que, además, genera graves afectaciones en el sector.

La desesperada comunidad del barrio Santa Ana asegura que el lugar se convirtió en foco de contaminación y la gente teme que también sea utilizado como guarida de delincuentes y habitantes de la calle.

La construcción fue suspendida por el Distrito de Barranquilla el 30 de octubre de 2014, por parte de la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público, “porque el constructor no tenía la licencia para levantar el edificio”.

Lo curioso del caso es que sólo a través de una tutela interpuesta por uno de los vecinos del barrio fue que se pudo poner en cintura al particular.

Luego de ello, en diferentes oportunidades los vecinos recurrieron ante la entonces Secretaria de Control Urbano, Diana Amaya, para solicitarle su intervención, pero los funcionarios enviados para inspeccionar los trabajos nunca actuaron.

Ante ello, la familia más afectada por la construcción ilegal tomó cartas en el asunto y al indagar por la construcción en la Curaduría, descubrió que al particular en varias oportunidades le habían negado la licencia porque la obra no cumplía con las exigencias técnicas.

Lo peor de la historia es que este particular es el mismo que demolió una casa - monumento patrimonial del barrio Bellavista y levantó un edificio en la carrera 61 con calle 68 esquina. Allí, el Distrito le ordenó a los arrendatarios desocupar el edificio pero la situación persiste.

Por todas estas razones, los vecinos le exigieron al Distrito adoptar acciones definitivas contra ambas construcciones ilegales cuanto antes.